miércoles, 19 de marzo de 2008

NEUROLINGÜISMO, UN NIÑO QUE PROMETE...


A la hora de estudiar el proceso que permite al ser humano bañarse en la gloria del poliglotismo y sumergirse en lo más profundo del entendimiento de la relación entre cerebro y lenguaje, es posible dar explicaciones desde muchas áreas del conocimiento. Es así como para neurólogos y hombres de ciencia, el lenguaje es una más de las destrezas que son consecuencia de tener un sistema neuronal comparativamente evolucionado. Para humanistas y en especial para los lingüistas quienes dan especial consideración al lenguaje sobre otras habilidades cognitivas y la consideran, no como una destreza más, sino como la destreza por excelencia y por medio de cuya unidad principal, la palabra, se puede, no describir el mundo sino más bien crearlo. Así como éstos, se podrían citar ejemplos de enfoques totalmente diferentes de la misma problemática de la relación palabra-cerebro dependiendo del dominio desde el que se hable.
Con las cosas así, se hace necesario el nacimiento de una disciplina que reúna elementos científicos y humanos, además que los convierta en un solo concepto unificado que explique los fenómenos de la función morfológica-lingüística de manera integral, un prisma invertido donde converjan las luces de diversos campos del conocimiento para proyectar un único haz de luz capaz de iluminar las todavía misteriosas interacciones entre el órgano que hace al hombre un ser pensante, y el instrumento que le permite de forma amplia expresar sus emociones, hacerlo diferente de otros seres vivos de su reino y permitirle crear el mundo.

Este punto de convergencia empezó a gestarse relativamente hace poco, cuando médicos indagaron sobre la relación entre la neuroanatomía y algunas habilidades cognoscitivas como la memoria, la inteligencia y el lenguaje. El neurólogo francés del siglo XIX, Pierre Paul Broca es uno de los pioneros en el estudio de los problemas neurolingüísticos en pacientes con patologías cerebrales y con clara influencia negativa sobre su facultad comunicativa, de hecho él fue quien asoció un área determinada del hemisferio izquierdo del cerebro con el lenguaje. El punto de convergencia al que nos referimos se trata de la neurolingüística, una ciencia relativamente nueva que como lo expresan las neurolingüístas L. Obler y K. Gjerlow en su libro "Lenguaje y el Cerebro", -La neurolingüística aún no ha desarrollado un modelo unitario que pueda ser aceptado por todos los neurolingüístas...- esto nos da claros indicios de que esta disciplina es aún un niño en etapa de desarrollo, pero que desde ya promete dar respuesta a grandes interrogantes que han morado en las reflexiones de tantos filósofos como científicos, y que apuntan al momento de la evolución en que el hombre se convirtió en animal parlante.

La neurolingüística abarca mas disciplinas que las que da a entender su dimerico nombre, ya que el entendimiento de un tema tan amplio dejaría muchos vacíos conceptuales sino se abordara desde un enfoque transdisciplinar. Cada una de las disciplinas que aportan al entramado marco conceptual de la neurolingüística, brinda un poco de los elementos necesarios para la dilucidación de los problemas de este fascinante campo, es así pues como el trabajo mancomunado, articulado y cooperativo entre neurología, lingüística, psiquiatría, psicología, patología y cualquier otra área que aporte conocimiento significativo, constituye la esencia para embarcarse en la aventura de ampliar nuestros límites hacía el conocimiento de las íntimas interacciones entre el cerebro y la palabra.